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lunes, 24 de septiembre de 2012

Juan Pelotas Campodonico: “Salvador de la tierra” - Parte 3 - “Agarrate Catalina”



“Juan y Pegame fueron al mar, Juan se ahogó, ¿Quién quedó?”- Preguntó Manolito ilusionado.

   Nadie le respondió, porque Manolito era especial. Manolito era un incomprendido. Ya de pequeño supo ganarse la fama de boludo, cuando a la maestra en vez de Seño le decía Mamá, en 7mo grado. Su adolescencia fue un calvario, los sobrenombres ofensivos, las burlas y los maltratos eran parte de su vida cotidiana. Su propia familia abusaba de su ingenuidad, mandándolo a comprar “Pentotato de Pototio”  a la farmacia, convirtiéndolo en el hazmerreír del barrio. A los 27 años decidió independizarse, se alquiló una habitación a 30 metros de su casa natal, para seguir yendo a almorzar a casa de su madre. Su madre, famosa en el barrio por su aparición en cientos de videos pornográficos caseros, le robo todos sus ahorros y huyo con un amante, tres veces, con tres distintos. Manolito se siente cada día más solo. Su vida social se limita a su trabajo, en el cual todos lo toman por idiota. “Pero esto se va a acabar pronto”, piensa Manolito mientras carga su fusil. Y a poca distancia, en la ciudad de Buenos Aires, los Uruguayos Juan y Tiberio, intentan dilucidar como salvar el mundo…


-¿Esto es tu detallado plan?- indago Tiberio confundido.

-Si, ¿te gusta?. – contesto Juan.

-No, me parece una cagada. Además, no creo que hacer a los extraterrestres ver un documental sobre las maravillas de la tierra les quite las ganas de conquistarla. Necesitamos a algún experto en estas cuestiones.- Tiberio se mostraba notoriamente nervioso mientras caminaba en círculos apretujando los apuntes de Juan, moviendo la mandíbula de un lado al otro y esnifando continuamente, con un blanco resfriado entre sus ojos.

-Pero ya viste lo que paso con Fabio.

-¿Y cómo pretendes que te crea si lo primero que le dijiste fue que unos extraterrestres querían conquistar la tierra?, ¿sabes cuantos boludos le deben tocar el timbre día tras día jodiéndolo con lo mismo?. Tiene que haber una forma de convencerlo, tiene que ayudarnos….

-¿Y si lo secuestramos?.- Propuso Juan mientras besaba una tuca.

-¿Te parece?. No, creo que deberíamos probar otra vez. Hagamos que parezca importante e interesante, no una broma.

Fabio Zerpa haciendo un gestito de idea.


   Dicho esto Caminaron nuevamente hasta el edificio de la calle libertador y tocaron el timbre otra vez. El parlante emitió un ligero *click* seguido de la voz del Uruguayo, el otro uruguayo, Zerpa.


-Si!. ¿Quién es?- dijo Fabio Zerpa a través del comunicador.

-Señor Zerpa, mi nombre es Juan. Tengo algo que decirle.

-Ustedes dos son los imbéciles que vinieron hace 15 minutos. Los puedo ver por la cámara. ¿Quieren que llame a la policía?

-No, escúchenos. Traemos un mensaje de Kjublhungfugh, habitante de Nerdia.

-…- Fabio Zerpa emitió un sonoro espasmo y se quedó en silencio.

-¿Hola?- aventuró Juan.

-…- del parlante escapaba un leve murmullo entrecortado por el zumbido gris de la electricidad.

-Lo mataste, pelotudo.- Reprendió Tiberio a Juan.

-No estoy muerto. Solo sorprendido, pasen.- Dijo tranquila y pausadamente el anciano.


   Con un sonoro “Ptrrrrrrr” la puerta se liberó del cerrojo y con solo un solo empujón los dos uruguayos se encontraban adentro del edificio. Subieron los dos pisos por escalera y en la puerta los esperaba un hombre canoso y avejentado.


-Mi nombre es Fabio Zerpa y soy especialista en estos temas.- dijo el hombre a modo de introducción.- Adelante, adelante. Tomen asiento. ¿Algo para tomar?.- ofreció.

-Jugo de naranja con granadina.- Pidió Tiberio.

-Con mate amargo me conformo.- Confeso Juan.


   Zerpa se levantó y volvió con el jugo con granadina, el mate, bizcochitos de grasa y facturas, la del gas, el agua, la luz y patentes. Se sentó, cebo un par de mates en silencio y se quedó dormido.


-Señor Zerpa…- probó Juan.

-Se durmió, ¿y ahora que hacemos?- agregó Tiberio.

-No, se. ¿Despertarlo?

-No, ¿nunca escuchaste que si despiertas a alguien que se quedó dormido se puede morir?

-Eso es con los sonámbulos Tiberio.

-¿Nada más?, Puta madre, la de polvos que me perdí. Despertate viejo!- grito mientras zamarreaba al ufólogo uruguayo.

-Mi nombre es Fabio Zerpa y soy especialista en estos temas.- Repitió el más añoso de los 3, acomodándose en el asiento.

-Si, si. Ya nos dijo eso.- Le contesto Tiberio con poca paciencia. Mientras Juan tomaba mate y sonreía.

-Soy un reconocido ufólogo, escritor, periodista e historiador uruguayo, que vive en argentina.- dijo mientras se volvía a quedar dormido.

-Algo me dice que esto va a ser eterno. ¿De qué te reis pelotudo?.- Exclamo iracundo mirando a Juan.

-¿Eh?, no me rio, sonrió. Cuando estas duro tenes poca paciencia. Despiértese abuelo, es importante…- dijo Juan con dulzura agarrándole la mano.

-Eh?, quien?. Ah, ustedes. ¿Qué querían?

- Sos un hippie Campito, das asco. ¿Cuántos años tiene don?.

-83, y voy por más.- Contesto cabeceando el geronte.

-Claro, muchos más.- Agregó con sarcasmo Tiberio.

-No seas maleducado Tibe, te quiero ver a vos llegar a esa edad. A ver si quedas tan bien como él.

-No me vas a ver llegar. “Vive rápido, muere joven.”

-Eso se terminó con el Punk, no seas iluso.

-Punk is not dead!

-Si chabon, aceptalo. El Punk está muerto, ahora lo único que queda es su hijo deforme. Producto de su fornicación con la cultura pop, los emo y los alternativos.

-Sos un anti. Sos Juan Pelotas, el hippie anti todo. Miralo, se quedó dormido otra vez. No te quedo algún speed?.

-Sí, creo que uno. ¿Qué estás pensando?.

-Ya vas a ver…


   Tiberio puso la lata de bebida energizante en el microondas, mientras juan cebaba mate. Un minuto y treinta segundos después la abrió y cebo un mate con su contenido. Luego comenzó a cachetear a Zerpa.


-Abuelo, despiértese. Tómese un mate.- Le dijo al viejo Fabio.

-¿Eh?... sí, sí. Dame.- y se tomó el mate de un sorbo.

-Tómese otro- retruco Tiberio vaciando la lata en el mate.

-Sí, sí. ¿Por qué no?- y se vació el mate otra vez.

-Así me gusta. Ahora sí, necesitamos su ayuda.

-Tenia gusto raro… ¿no?- Preguntó Zerpa tambaleándose.

-¿Señor, se siente mal?- pregunto asustado Juan al ver la cara del viejo.


   La cara de Fabio Zerpa se retorcía y contraía, cambiando constantemente de gesto. Sus ojos se hincharon y enrojecieron, su mano comenzó a temblar, al igual que sus labios. Se paró de golpe y estirando el cuello al cielo comenzó a gritar. Y acto seguido se desplomo en el piso como una bolsa de papas.


-¡Lo mataste en serio!, arruinaste nuestra única posibilidad de salvación!- gritó Juan asustado.

-No pasa nada Juancito. Está durmiendo.- mintió Tiberio mientras Fabio Zerpa yacía inmóvil en el suelo, cono los ojos en blanco y echando espuma por la boca.

-Juancito un carajo, Drogadicto inconsciente!. Mataste al viejo, vamos a ir en cana.

-No por mucho tiempo. ¿No dijiste que en un par de días iban a esclavizar la tierra?. Ya fue, cual es la diferencia?.- respondió con ironía el Canelonense mientras comenzaba a revisar los bolsillos de Fabio Zerpa.


   Gritando de rabia el joven Campodonico se abalanzo sobre su amigo Tiberio. Lamentablemente para él, su amigo era cinturón negro en Aikido. Casi sin moverse hizo volar a Juan 2 metros y estamparse contra una pared, dejándolo inconsciente otra vez.

Esto hizo Tiberio...

Asi quedo Juan.



   Manolito se vistió con sus joggings gastados y su camiseta con manchas de transpiración. Tomó el estuche de su cello y guardo el fusil con cuatro cargadores llenos. Se cepillo los dientes casi sin mirarse al espejo. Se secó con la misma toalla con  que venía haciéndolo desde hacía siete semanas sin notar ni un dejo de asco ante tal hazaña. Salió de su casa en Once y camino por Pueyrredón hasta Libertador, estaba todo planeado. El edificio era ideal, su terraza daba a plaza Francia. Allí se reunirían esos idiotas de la oficina. No sabía que le molestaba más, que no lo inviten o que le importe lo que esos imbéciles hagan o piensen. Eso hacía que los odie más, el odio lo seducía y lo incitaba a embriagarse del dulce licor de la venganza. Entro tranquilo al imponente edificio, utilizando la llave que le había robado a su tío. Saludó al portero, que como siempre le sonrió falsamente, y llamó al ascensor. El ascensor tenía el celular apagado, así que subió por las escaleras. Pasó por la puerta del departamento de su tío, pero siguió de largo sin siquiera detenerse. Al llegar a la terraza trabó la puerta y se sentó en una reposera con sus binoculares en mano, a esperar a que las victimas llegasen al punto de encuentro. Y él siempre fue bueno esperando, toda su vida esperó. Pero ya no iba a esperar más, iba a tomar lo que le correspondía, aunque no tuviera idea de qué era…


Plaza Francia


   Juan se encontraba otra vez en la húmeda caverna, pero estaba solo. O eso pensó, hasta que de un recodo del camino comenzó a acercarse sigilosamente una figura envuelta en sombras. Su corazón casi se detuvo de la sorpresa. Y cuando estaba a punto de comenzar a correr, pudo ver el rosto de Fabio Zerpa asomándose entre la oscuridad.


-Señor Zerpa, pensé que había muerto.

-¡Shhhh!. Ni siquiera pienses en hablar. Es mas no pienses… después hablamos. Ahora, necesitamos salir de aquí antes de que nos descubran. Si nos ven juntos es el fin.

-¿Los conoce?

-Más de lo que quisiera. Ahora préstame atención. ¿Ya estuviste acá?

-Sí señor, dos veces.

-¿Viste una consola?, gris, redondeada, en forma de “U”.

-Sí, veinte metros en aquella dirección.- contestó Juan señalando hacia su derecha.

-Genial. Espera acá. Es mejor que vaya solo, avísame si viene alguien por el otro pasillo.

-Bueno…


   Fabio Zerpa se movía maravillosamente, internándose en las sombras de manera sigilosa y casi imperceptible. Enseguida desapareció en dirección a la consola. Juan se puso a pensar en el motivo por el cual el viejo éste que hace tan poco se lo veía absolutamente demacrado ahora parecía tremendamente ágil y poderoso. La explicación más razonable a la que llegó fue que este lugar está en la mente, y una persona como Fabio Zerpa debe de tener una mente fuerte. Se sorprendió a si mismo de su conclusión. Él se consideraba una gran mente desperdiciada por la búsqueda de la felicidad. Recordó que en su juventud soñaba con ser un gran hombre de ciencias. Pero sus recuerdos fueron interrumpidos por el regreso de Fabio.


-Listo pebete. Ya podemos irnos.- exclamo el recién llegado.

-¿Y cómo hacemos?

-¿Aun no aprendiste nada pibe?

-Parece que no… ¿Cómo hago?- contestó Campodonico avergonzado.

-Apretándote las tetillas hasta que te duela…

-¿Qué?

-Es la única forma…

-Está bien.- dijo mientras cerrando los ojos se apretaba las tetillas, largando patéticos gemiditos.- Esto no funciona.- agregó al borde de las lágrimas mientras veía al anciano tapándose la boca para evitar reír a carcajadas.

-Realmente eres un idiota. Respira hondo y cuenta de 9 a 0…

-Viejo puto…

9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1…

Manolito


   Manolito vio a sus víctimas llegar una por una al puente de la avenida. Preparó su fusil y apuntó. Su cuerpo se empapo de adrenalina, secretada por sus excitadas glándulas suprarrenales. Su frecuencia cardiaca se incrementó, sus vasos sanguíneos se contrajeron y sus conductos respiratorios se dilataron. Era una máquina de matar. Se preparó, centro la mira y disparo. El estruendo se perdió en el barullo de la ciudad. Había fallado. Volvió a apuntar y disparo una y otra vez hasta vaciar el cargador. Tomo uno nuevo y repitió la operación, con los mismos resultados. Tomo el tercer cargador y retiro una bala, era de fogueo. Saco todas las balas. Eran todas de fogueo. Extrañamente no hizo ningún berrinche. Solo suspiro largamente, se levantó, guardo todo y comenzó a bajar por la escalera, en silencio. Mientras sus Víctimas emprendían camino hacia la fiesta más loca jamás concebida…



   “…0”. Pensó Juan abriendo los ojos. Estaba en una cama con olor cítrico. A su lado estaban parados Zerpa y Tiberio charlando tranquilamente. Se levantó rápidamente y se mareo un poco. Tantos golpes en la cabeza le estaban haciendo mal.


-Levántate rápido. Tenemos que salir.- Le dijo Tiberio.

-Pero…-intento decir Juan.

-Pero nada. El destino de la tierra está en juego. Te esperamos en el palier - reprendió Fabio Zerpa mientras salía con Tiberio de la habitación.

-Bueno, bueno. Voy…- sentencio Juan levantándose.


   Al salir al palier se encontraron con un hombre de treinta y tantos, en jogging y remera, bajando la escalera con un estuche de cello. Resulto ser Manolito Zerpa, el sobrino de Fabio, que se dirigía a la misma fiesta que ellos. Juan pidió explicaciones y se las dieron en el camino a la fiesta. La misma se desarrollaba en un galpón de puerto madero, era una fiesta privada y secreta, como una mini rave pero con más drogas y sexo. Era el lugar perfecto para perpetrar el plan de Fabio Zerpa. La única forma de entrar era conociendo la contraseña. Que cambiaba de fiesta en fiesta. Pero como Tiberio supo manejar el 70% del bardo de este tipo, tiene contraseña propia. Llegaron al inmenso galpón y ya desde afuera se notaba que adentro había bardo. Veinte minutos después de entrar ya estaban todos drogados. Entonces bajo los efectos de muchas drogas distintas…

   "Algunos Buenos Conductores Daltónicos, Extrañamente Familiares, Gritaban Histéricamente. Intimidando Jocosos Krishnas. Los Mas Niños, Orgullosos, Pedían Querellantemente Resultados. Simulando Tener Unas Vitaminas “Winners Xar - Yodo Zinc”.
 Zanahorias Y Wallabies, Xavier Vendía. Únicamente Tiberio Supo Rescatarse. Quiso Pararlos. Orgasmos, Narcóticos, Mujeres, Lujuria. Ketamina Juan Inhalaba. Humanos Gordos Fanfarroneaban Extasiados. Drogados, Copaban Buenos Aires."

En medio del bardo y el descontrol se ponía en marcha el arriesgado plan de los uruguayos. Plan que se desarrollara en la siguiente parte de Juan Pelotas Campodonico, titulada “Los uruguayos no somos latinos”.

13 comentarios:

  1. sin palabras, supera ampliamente a las dos partes anteriores, una de las pocas excepciones a la regla "todas las secuelas son malísimas", otras dos son terminator y matrix ((la segunda es opinión propia, la primera, ajena))
    espero con ansias la parte 4, mientras tanto, me voy a pegar la cabeza contra la pared por no poder idear cosas tan geniales como ese jueguito del abecedario... auf wiedersehen!!

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    1. Golpéenme si quieren… Pero de Matrix solo vi la 1. Como 18 veces. Me gustó tanto que no la quise arruinar con secuelas…

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    2. Hiciste muy bien Pasto... la 2 y la 3 son muy buenas como películas pochocleras pero hacen perder la profundidad que tenía la primera.

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    3. buenísimo... andaba con ganas de cagar a palos a alguien (?)
      yo también vi la primera mil veces, pero a mi entender es mejor la segunda... repito: es opinión personal u__u

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  2. ABCDEFGHIJKLMNOPQRSTUVWXYZZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA. Es todo lo que voy a decir. Genio.

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  3. Muy bueno! Lo venía esperando. Te admiro la imaginación, y ese juego de palabras con el abecedario fue excelente.

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    1. Muchas gracias por los halagos Morocha. Me alegro de que lo disfrutes.

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  4. Gato, esperas a que yo publique y te robas la cresta se mi ola para que la tuya sea un tsunami!.
    Dejando eso de lado, relmente esto mejora con cada entrega, segui asi.

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    1. Soy el Silver Surfer de la nueva ola.
      Y la posta es que yo quería esperar un par de días para subirlo, porque ya estaba re saturada de cosas. Pero NicoR y la Mistress me obligaron.
      Y vos sabes como soy Pirata... me debo a mi publico

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